Emma Rose visita a su amiga Gal Ritchie, emocionada por usar su piscina privada, ya que se siente incómoda en las piscinas públicas debido a que percibe que la están juzgando. Gal comparte sus propias inseguridades sobre ser lesbiana en espacios públicos y explica por qué quería una piscina privada. Mientras se relajan, Emma revela su bikini, lo que genera cumplidos mutuos y una atmósfera cargada entre ellas. Reconocen juguetonamente la necesidad de calentarse antes de nadar, lo que insinúa su creciente atracción.