Gracie Jane regresa a casa después de una gala y se da cuenta de que, sin darse cuenta, tomó la chaqueta de un extraño que Dillon Díaz le había dado para abrigarse mientras esperaban a que le compartieran el viaje. Sintiéndose avergonzada por haberse ido corriendo con ella, revisa los bolsillos, encuentra tarjetas de presentación y logra devolverla. Cuando Dillon llega a su casa, le asegura que los accidentes ocurren y la felicita, lo que lleva a un encantador intercambio en el que expresa su interés en ella. Gracie, halagada por su atención, lo invita a quedarse, insinuando una posible conexión romántica.