Jack Bailey sigue viviendo en casa de su padrastro, Lawson James, un exitoso hombre de negocios. Jack se sorprende cuando descubre que Lawson mantiene una aventura con un colega, Pierce Paris, lo que pone en entredicho sus puntos de vista sobre la concentración y la ambición. Después de hablar de la situación, Jack empieza a admirar la necesidad de Lawson de disfrutar de la vida. Esta nueva admiración se convierte en lujuria cuando Jack se da cuenta de sus sentimientos después de presenciar el encuentro. Tanto Lawson como Pierce dan la bienvenida a Jack a sus vidas para tomarse un descanso de la rutina.